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El ultrasonido es la principal herramienta de estudio prenatal que se debe realizar a todas las pacientes embarazadas, siendo una parte importante del control prenatal. El ultrasonido obstétrico es un recurso disponible para el médico y su paciente, dependiendo en que momento del embarazo se realice, se puede tener la posibilidad de revisar la anatomía de tu bebé, descartando desde el primer trimestre (semana 11 a 14) alteraciones cromosómicas como el síndrome de Down, en el segundo trimestre (entre las 18 a 22 semanas) realizando la evaluación estructural (morfológica) de bebé, y en tercer trimestre, la revisión del crecimiento de bebé (peso fetal), estimando el peso al nacimiento, revisando la cantidad de líquido amniótico y las características placentarias. Además de esto, el ultrasonido llega a ser una parte especial de tu embarazo porque: ¡se puede tomar la primera fotografía de tu bebé!, mediante el ultrasonido 3D y 4D, nos permite revisar en tercera dimensión (incluyendo los movimientos de tu bebé en vivo – 4D) la cara de tu bebé y sus gestos.
Este ultrasonido es úitil para revisar los órganos pélvicos de la mujer y analizar si hay posibles patologías ginecológicas (quistes de ovario, miomatosis uterina, alteraciones anatómicas) así como para la detección de enfermedades femeninas asintomáticas y/o de difícil diagnóstico. Este ultrasonido también permite detectar tumores de ovario, quistes, endometriosis, embarazos ectópicos, pólipos y seguimiento de métodos de planificación familiar como el dispositivo intrauterino (DIU).
- Ultrasonido genético o tamizaje de primer trimestre (semana 11 a 14). Permite la detección temprana de malformaciones mayores y/o de alteracionescromosómicas, como por ejemplo, el síndrome de Down (trisomía 21). Con una capacidad de detección mediante el ultrasonido del 80%, la cual puede incrementarse a 92% cuando se realiza en conjunto con una prueba en suero materno denominada dúo test (medición de b-HCG y PAPP-A).
- Ultrasonido estructural o morfológico (semana 18 a 22). La evaluación que se realiza en estas semanas permite revisar la adecuada formación y desarrollo de estructuras anatómicas, con el propósito de descartar malformaciones que pongan en peligro la vida del feto o que alteren el pronóstico de la vida antes y posterior al nacimiento. Se revisan con detalle estructurales como: cerebro, columna vertebral, cara (nariz, labio y paladar), corazón, estómago, hígado, riñones, vejiga, extremidades, entre otros. Tanto en el estudio de primer trimestre así como en el estudio estructural, se realiza un tamizaje (detección oportuna) de riesgo de presentar preeclampsia, bajo peso al nacimiento y parto prematuro.
- Ultrasonido de crecimiento y hemodinamia fetal (tercer trimestre – semana 28 al término del embarazo). El ultrasonido de tercer trimestre tiene la importancia de que se calcula el peso fetal, pudiendo estimar el peso de bebé al nacimiento. Se revisa, además, la cantidad de líquido amniótico, la localización y grado de madurez placentaria, así como la circulación fetal mediante la aplicación ultrasonográfica Doppler, siendo útil para determinar el bienestar fetal.
Estos ultrasonidos no requieren de ninguna de preparación en especial y tampoco tiene efectos adversos ni en mama ni en bebé, demostrado en estudios cientificos.
Cada vez es de mayor interés el ultrasonido en 3D y 4D permitiendo imágenes de mayor calidad, nitidez y mayor realidad, logrando obtener una imagen de bebé más precisa con relación a sus gestos y demás movimientos que realiza dentro del útero. Los gestos que hemos logrado obtener de tu bebé mediante esta tecnología son como ejemplo: chuparse el dedo, sacar la lengua, bostezar o sonreír, gestos invaluables y atesorables para toda la vida.
¿Por qué hacerlo?
Desde el punto de vista emocional es una experiencia muy bonita ya que podrás ver a tu bebé antes de nacer, conocer su carita y diferenciar sus rasgos. Esto proporciona una gran tranquilidad ya que podremos ver a tu bebé de una forma real, como si viéramos un vídeo a comparación de los ultrasonidos tradicionales. Además, aporta un análisis más detallado de la anatomía del bebé por lo que permite detectar problemas en nariz, labios y/o paladar (labio paladar henidado o leporino).